Amándote con alevosía.


No es un simple hito el hecho de que hayas nacido un día como hoy. Es mi momento para ofrendar mis agradecimientos a la naturaleza, a tus padres y a todos aquellos que ayudaron a que hoy seas mi sujeto de libación amorosa y la única luz que conduce mis pasos hacia un destino, quizás ya escrito.

Porque si conectamos los puntos que hicieron que nuestro encuentro se concretara, bien podemos estar seguros de que había un destino y era cuestión de tiempo descubrirlo juntos. Un camino lleno de obstáculos, encrucijadas, ripio y arideces tales, que bien podría haber desmotivado a cualquier mortal que quisiera emprenderlo sin la convicción de saberse conquistador de su propio destino.

Con la certeza de haberte encontrado luego de no creer que tu existencia estaba más allá de los libros sagrados o las leyendas más fantásticas, no pienso hacer otra cosa que dedicar cada día de lo que resta de mi existencia en este continente humano, para ofrendártelo a vos, Lilith.

Adorándote como diosa perdida entre los confines del mundo,
amándote como si cada día fuera la primera y embriagadora vez,
acompañándote en cada instante que requieras de mi presencia,
pensándote cuando las distancias nos separen circunstancialmente. 


Una vez más, y para cada natalicio que celebre a tu lado, gracias.
Gracias por estar, gracias por ser y gracias permitirme disfrutarte como lo hago. Quiero seguir amándote con alevosía.

0 comentarios:

Publicar un comentario