Oceanía



Tus cauces bajan a encontrarse conmigo.
Mientras arrecio tus costas, te libo toda.
Por siempre me quedaría allí, a cobijo.
A cambio, mantendría tu humedad, vital.

Cada ángulo, cada arco y cada línea,
me estimulan a recorrer cada palmo.
Con los labios, pulgares o yemas,
respiro y lubrico cada poro tuyo.

Y lo vuelvo a hacer con lascivia.
Y te afirmo con garras, bien fuerte.
Te soplo, te susurro y te beso.
Mientras tu cuerpo tiembla, se deja.

Tu quijada lejos, tu costa en mi boca.
Tus clavículas guiando mi oriente.
Tu cuello, mi boca, una mordida.
Y comienzo otra vez, da capo al fine.

0 comentarios:

Publicar un comentario