Somebody like you


Una como vos era lo que pedía desde que mis rasgados y pequeños ojos imaginaron a una Pandora indómita o una Lilith invencible.
Una como vos y nada más, es lo que pedí a las estrellas y a los dioses de un Olimpo infinito que habita el Universo de mis paganas reflexiones.
Una como vos, que pueda alcanzar el éxtasis de la pasión comenzando con dos palabras encadenadas: te deseo.
Una heroína de las mil y una noches, capaz de resistir al poder que anida en la esencia más profunda del ser humano.
Una Psyche que domine esas pasiones que no domino y que me guíe ante la ceguera temporal de mis vicios más hondos.
Una hetaira que me embriague de palabras, vino y amor entre sábanas o sin ellas.
Una heroína, la heroína que se exhibe en tus acciones cotidianas y te muestra como una sobreviviente con la resiliencia entre tus virtudes más sobresalientes.

Nada más ni nada menos que el ideal de la Mujer en la Tierra de los Hombres, síntesis de la experiencia, la inteligencia y la sabiduría que tu vida ha acumulado a fuerza de alegrías, tristezas, lágrimas y puro esfuerzo.

Cuando el día se termina y mis fuerzas me abandonan, se que puedo rendirme en tus brazos y recibir esas caricias que sanan las heridas, las angustias y me reponen del ejercicio cotidiano de enfrentarme al mundo como si fuese Prometeo.

Cada día, vuelvo a vos, sabiendo que tus besos y abrazos son mi pócima secreta. Y hoy, en este día, vuelvo a vos para desearte un año más de vida a mi lado.

 

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