Cartas Apócrifas II.

"Buenos días, 12 de octubre. Las horas sin ti ya son insoportables. No puedo más que pensarte y ansiar tenerte en mis brazos. Pero se bien que la espera es larga. Y probablemente no haya oportunidad en esta vida de hacerlo. ¡Ay mi vida, mi todo! ¿Qué clase de encrucijada del destino nos puso en esta disyuntiva? ¿Pueden acaso ser los dioses tan crueles de habernos hecho para sufrir esta mortal aporía en vida?


Aun así, mi esperanza no claudica, mi todo. Espero sientas mi compañía en cada uno de tus días, mas por las noches sueña conmigo, atrévete a pensar en un futuro a mi lado y que sea en esta vida. Más precisamente en nuestros días.


Alégrate y siénteme allí a tu lado, con tu música favorita provocando tu sonrisa y danzando nuestro vals del reencuentro. Lo demás que tenga que ocurrir y deba ocurrir con nosotros, los dioses habrán de enviarlo...
No desconfíes jamás del fiel corazón de tu enamorado Ludwig. Eternamente tuyo, enternamente mía, eternamente nuestros. Hasta cada momento, mi amada inmortal."

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